La conexión entre diabetes y cáncer no es solo mala suerte, es ciencia. Investigaciones recientes han descubierto una inquietante conexión entre la diabetes tipo 2 y varios tipos de cáncer, particularmente colorrectal, pancreático y hepático. No es precisamente la combinación que alguien desearía.
Entre el 8% y el 20% de los pacientes con cáncer también tienen diabetes. ¿Coincidencia? Para nada. Estas enfermedades son como compañeros de piso tóxicos, compartiendo los mismos factores de riesgo: obesidad, mala alimentación y un estilo de vida sedentario. Se alimentan de la mala energía del otro.
Y aquí está lo peor: la diabetes no solo aumenta el riesgo de cáncer, también empeora el pronóstico. Como patear a alguien cuando está caído. Los mecanismos biológicos son complejos pero reales. La resistencia a la insulina y el azúcar alta en sangre dañan el ADN. Así es, tus células básicamente se están corrompiendo desde adentro. Múltiples estudios han confirmado que el estrés oxidativo por hiperglucemia contribuye al daño del ADN.
El cáncer de hígado es particularmente preocupante para los diabéticos. La diabetes tipo 2 aumenta considerablemente el riesgo, actuando como un factor independiente para el carcinoma hepatocelular. Tu hígado nunca pidió este abuso.
El cáncer de páncreas tiene una relación extraña con la diabetes. A veces la diabetes es la señal de advertencia, a veces es el resultado. ¿Qué vino primero, el cáncer o la diabetes? De cualquier manera, es un dúo peligroso. El metabolismo lento hace esta batalla aún más desafiante ya que lleva a dificultades en el procesamiento de la glucosa. Los factores genéticos y ambientales juegan su papel, haciendo este tango mortal aún más complejo.
En cuanto al cáncer colorrectal, la diabetes también aumenta el riesgo allí. No tan dramáticamente como con los cánceres de hígado y páncreas, pero lo suficiente para preocuparse. La investigación desde los años 1960 ha explorado esta conexión entre la diabetes y el riesgo de cáncer. Las respuestas inflamatorias del cuerpo se descontrolan.
La edad tampoco ayuda. Envejecer aumenta los riesgos para ambas condiciones. ¿Historia familiar? La misma historia.
La buena noticia (si se puede llamar así): los cambios hacia un estilo de vida saludable combaten ambas enfermedades. Hacer ejercicio, comer mejores alimentos, limitar el alcohol: los consejos aburridos de siempre que realmente funcionan.
La conexión diabetes-cáncer no es solo una curiosidad médica. Es una advertencia. Una llamada de atención. Dos enfermedades serias, un problema serio. Es tu turno de actuar.