Mientras la diabetes tipo 2 continúa su marcha implacable por todo el mundo, está silenciosamente destruyendo riñones en el camino. No es suficiente que esta enfermedad altere tu azúcar en sangre. No. Quiere más. Alrededor del 40% de las personas con diabetes tipo 2 desarrollan enfermedad renal crónica. Hay que asimilar esto.
¿La cruel ironía? El daño renal temprano no tiene síntomas. Ninguno. Cuando notas algo malo – pies hinchados, orina espumosa, fatiga constante – ya ha ocurrido un daño significativo. Los pequeños vasos sanguíneos de tus riñones ya están comprometidos. ¿Su capacidad de filtración? Destruida.
El daño silencioso ocurre mientras duermes, tus riñones se deterioran sin un susurro hasta que están demasiado dañados para salvarlos.
Aquí hay una estadística aterradora: la diabetes causa el 44% de todos los nuevos casos de insuficiencia renal. Uno de cada tres diabéticos desarrolla nefropatía diabética. Pero claro, tómate otra dona. La enfermedad particularmente adora atacar a personas mayores de 40 años, aunque las poblaciones más jóvenes tampoco están a salvo.
¿Cómo funciona este destructor silencioso? Daña los glomérulos – palabra elegante para filtros renales. La presión arterial alta, que a menudo acompaña a la diabetes como su cómplice problemático, empeora todo. Juntos son la peor pesadilla del riñón. El ejercicio matutino puede reducir el riesgo de diabetes y ayudar a controlar los niveles de presión arterial hasta en un 10%.
¿La buena noticia? Es manejable. ¿La mala noticia? Requiere esfuerzo real. El control estricto del azúcar en sangre no es negociable. El control de la presión arterial es esencial. Algunos médicos recomiendan reducir la proteína, lo que parece contraintuitivo hasta que entiendes cómo funcionan los riñones.
El monitoreo es crítico. Las pruebas anuales que verifican tu tasa de filtración glomerular (TFG) y buscan proteína en la orina pueden detectar problemas temprano. Recuerda, la diabetes no se puede curar, pero se puede manejar. Lo mismo ocurre con el daño renal que causa. Aproximadamente 37 millones de adultos en Estados Unidos tienen enfermedad renal, con un impactante 90% sin saber su condición.
Medicamentos como los inhibidores ACE ayudan a proteger los riñones. El ejercicio regular también ayuda. También perder peso si es necesario. Evitar medicamentos nefrotóxicos como los AINE es sentido común, aunque el sentido común no siempre es común.
¿La conclusión? La diabetes no solo afecta tu páncreas. Es un ataque a todo el cuerpo, con tus riñones directamente en la mira. Tómalo en serio. Tu yo futuro – y tus riñones – te lo agradecerán. La FDA aprobó recientemente Ozempic como el primer medicamento para reducir el riesgo de enfermedad renal en pacientes con diabetes tipo 2 y enfermedad renal crónica.