A pesar de la abundancia de información disponible, los mitos nutricionales continúan afectando las mesas familiares en todo el mundo. Marzo marca el Mes Nacional de la Nutrición, el momento perfecto para desmentir conceptos erróneos que socavan los hábitos alimenticios saludables. Las familias en todas partes luchan por separar la realidad de la ficción cuando se trata de alimentar a sus seres queridos. Es hora de aclarar las cosas.
Seamos realistas. La mayoría de las familias creen que el momento importa más que lo que hay en el plato. Incorrecto. La calidad de los alimentos supera el momento en que los comes. ¿Esos horarios regulares de comidas? En realidad son buenos para mantener tu metabolismo en orden, pero saltarse comidas es una receta para el desastre y los atracones posteriores. Nadie necesita ese drama. El índice glucémico de los alimentos impacta significativamente el control del azúcar en sangre durante el día.
La distribución de alimentos basada en género sigue siendo problemática en muchos hogares. Las mujeres embarazadas o en período de lactancia tienen los requisitos nutricionales más altos en una familia, punto. Sin embargo, en muchos hogares, siguen llevándose la peor parte nutricional. ¿Las adolescentes? Particularmente vulnerables a la malnutrición. Las consecuencias se extienden por generaciones, afectando tanto el desarrollo físico como mental.
¿Crees que la malnutrición solo ocurre en países en desarrollo? Piénsalo de nuevo. Está en todas partes. Las comunidades en todo el mundo sufren de desnutrición y obesidad simultáneamente – una paradójica doble carga más difícil de resolver que un cubo de Rubik con los ojos vendados. La causa raíz a menudo se remonta a la falta de acceso a opciones de alimentos saludables y nutritivos.
Los carbohidratos no son villanos, a pesar de lo que diga tu vecino obsesionado con la dieta keto. Son fuentes esenciales de energía, especialmente los granos integrales. ¿Pero esos carbohidratos refinados como el pan blanco y las donas? Limita esas cosas. Los granos integrales ofrecen más valor nutricional por tu dinero, incluyendo fibra y hierro que los productos refinados eliminan.
Los medios no ayudan, bombardeándonos con afirmaciones milagrosas sobre el ajo curando todo, desde el cáncer hasta el mal historial crediticio. La educación es clave para filtrar este ruido. Las comidas balanceadas deben incluir una variedad de alimentos de diferentes grupos – no es ciencia espacial.
El cambio requiere involucrar a familias enteras, incluyendo líderes comunitarios, para modificar patrones poco saludables. El cuerpo tiene sistemas naturales de desintoxicación que funcionan perfectamente bien sin limpiezas especiales o tés detox, contrario a las afirmaciones populares de marketing. ¿La conclusión? La diversidad en tu dieta garantiza una nutrición adecuada. Tu cuerpo necesita diferentes cosas en diferentes etapas de la vida. Los enfoques únicos para la nutrición están tan obsoletos como los teléfonos con tapa.